miércoles, 10 de septiembre de 2008

Historia para avergonzarse


El siempre quiso vivir su propia aventura, tenia miedo, pero estaba decidido.
Era su oportunidad, esa que habia estado años esperando, era el momento de mover ficha.

Una web con ofertas en viajes, un billete barato de ida y vuelta a la capital del imperio britanico, un hospedaje lo mas economico posible en el Leisure inn de Paddington. solo un dia para lograrlo y un monton de mentiras para llevarlo a cabo.
Mintió a su familia y amigos, nadie debia saber lo que hacía, pero allí estaba el a las 10:25 de la mañana, en Gatwick cogiendo el Victoria Express. Aun dentro de su
cabeza se llamaba loco a sí mismo una y otra vez. Pero tenia la ilusión de un niño
de cinco años el dia de reyes.Hacía poco habia estado por primera vez en Londres pero aun así fue un lio el tema de comprender las paradas de autobus, despues de un buen rato observando los carteles y letras, vió su destino la K con parada final en Paddington! allá vamos dijo!

Una vez parado frente a la boca de metro de Paddington, frente al Burguer King, recordó que medio año antes en ese mismo lugar encontró una tarjeta OYSTER, que
fué su llave gratuita para montar en metro y bus todo el tiempo gratis, la encontró en su cartera tras un monton de tarjetas del gimnasio, su club de futbol y demás y voilá! aun tenía credito! un gasto menos pensó...

Ya instalado en el Leisure Inn, llegó el momento de planificar su aventura, ella estaba a las afueras de la ciudad, tras unos dias de mucho moverse, mucho preguntar por internet, no consiguió respuesta a su paradero, no conocía los horarios, en realidad habia una probabilidad de un 99% de no encontrarla, salvo que ella diese un centrico paseo ese día, una locura en toda regla.

Decidió hacer tiempo, bus hasta Oxford street! al fondo la catedral de San Pablo, la National Gallery y Nelson presidiendo la plaza, el hambre le devoraba por dentro así que entró en un lugar donde solo lo haría en Londres, Kentucky!! aluvias con tomate pensó..si mis amigos se enteran se van a partir de risa conmigo. Un rato despues, comprobó que cuando estuvo con anterioridad el cielo no había sido tan gris como lo era ahora, no llovía, pero no habia ni rastro del sol. Paseaba por la calle, viendo precios asequibles a los que no podía aspirar, se sentía solo, siempre pensó en hacer un viaje en solitario, el pensaba en la soledad como una opción a elegir, sería porque nunca le fué impuesta.

Su ciudad favorita, el clima deseado, se imaginaba apareciendo por sorpresa, encontrandosela ante su cara de asombro, despues de tantos años, de tantas fantasías
con el momento adecuado, ella estaría allí sonriente, como siempre y el no le propondría nada mas allá de un dia juntos, paseando por picadilly, tomando café late y visitando el British, era demasiado bonito para ser real, pero estaba allí y tenía poco menos de veinticuatro horas para conseguirlo.

Pasada la hora de comer, volvió al hostal, sabía que cada vez quedaba menos tiempo, abrió su portatil y se suministró del wi-fi que que el hostal gentilmente suministraba. Chateó con sus amigos fingiendo estar en casa jugando al WOW, posteó en su foro de cada día y justo antes de desconectarse apareció ella, por arte de mágia, se conectó y le saludó cosa que no ocurría en bastantes dias, es mas desde que ella le envió un sms anunciando su viaje relampago a Londres no habian sabido nada el uno del otro. Se preguntaron que tal estaban, el le preguntó que tal su viaje, ella respondió que aburrida y sola, el miró a través de la ventana, pensando que estaban bajo el mismo cielo y le preguntó el tiempo que hacía, ella le contestó que el cielo estaba tan gris que parecía no haber conocido al sol en la vida... el le comentó su envidia sana por su suerte de estar en Londres, derrepente se le ocurrió que estaba allí por una razón y esa era ella. Le dijo que tenía una buena amiga en Londres, que si se sentía sola, podría ponerlas en contacto y quedar para conocerse, seguro que se llevarían bien. Pero ella dijo que no, que el jueves volvería a casa y que no iba a salir. El sintió dentro el martilleo de la realidad, no era el momento, había cometido una locura, se sentía tan triste que no tuvo mas que buscar una excusa para despedirse y apagó el portatil.

Se abrigó, salió de su habitación y fué caminando mas y mas, hasta que el cansancio y el hambre le consumieron, compró su tradicional sandwitch de tikka y volvió a su hostal, esa fué su aventura, ya solo el desitino y la casualidad podrían encontrarles de vuelta en un tren al aeropuerto o en el mismo avión, pero para variar
en esta historia tambien, el final no fué feliz o al menos el deseado. Seguramente ella volaría desde un aeropuerto al otro extremo de la ciudad.

Hoy el en casa, vuelve a su vida, nadie sabe absolutamente nada de su aventura y quizás sea algo que jamás se sepa. Solo le queda pensar que quizás no era el momento
que el lo intentó, esta vez mas que nunca y el destino le debe una de las gordas.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Es una historia realmente triste... querer y no poder, poder y no querer... Quizás el personaje de tu historia tenía que haber ido a buscarla y no rendirse tan pronto

Anónimo dijo...

Bhuaaaa Dios q relato más precioso... pienso que no debió rendirse, que tuvo que haber echado valentía, aunque cuando uno siente que no es el momento es por que realmente no lo es y quizás se hubiera equivocado...
Espero leer muuuchos más relatos..
Tienes una nueva Fan, Elisa!!